¿Género o sexo?

Según una investigación realizada por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, en el documento Diferencia de Sexo, Género y Diferencia Sexual, “El género se conceptualizó como el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que una cultura desarrolla desde la diferencia anatómica entre mujeres y hombres, para simbolizar y construir socialmente lo que es “propio” de lo masculino y lo femenino. El género es el elemento básico de la construcción de cultura.”

Partiendo de lo anterior, la diferencia existente entre género y sexo, es igual a la diferencia entre cultura y biología. Es importante que los seres humanos como sociales utilicen los conceptos del ser de forma adecuada, es muy común la confusión que se presenta con estos términos, en donde las personas piensan que significan lo mismo.

Según la RAE, género significa “conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes”, y sexo  es “la condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas, conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo, órganos sexuales”.

Entonces el sexo, es el término que se utiliza para determinar las características genéticas, fisiológicas, hormonales y funcionales de los seres humanos, y por otro lado género son las características culturales, sociales, políticas, económicas y psicológicas asignadas o adquiridas por las personas dependiendo su sexo.

Contextualizando un poco al tema que gira alrededor del grupo social LGBT, se debe entender que el sexo es único, se tiene órgano masculino o se tiene órgano femenino, pero estos se ubican es en el término género, ya que este puede cambiar a través del tiempo, y modificarse según los rasgos psicológicos y culturales de la sociedad actual y desde lo que se considera femenino y masculino, así que por medio del género, lesbianas, gay, bisexuales y travestis pueden ubicarse en una de las dos categorías de géneros a partir de sus actividades y conductas. 

Hugo Armando Cajiao Hernández, transformista, habla que a partir de la confusión de estos dos términos en la sociedad se presentan factores como la discriminación y la exclusión hacia ellos, las cuales afectan de manera directa a todos los que pertenecen a la comunidad. Afirma que, “Desde niños recibimos valores y creencias que influyen en la determinación de nuestros actos según nuestro sexo, y dejando a un lado los sentimientos reales, lo que queremos, lo que nos nace hacer y como realmente nos queremos desarrollar, sintiéndonos femeninos o masculinos sin importar el sexo”.